jueves, 5 de julio de 2012

Que siempre llego a la deshora que me marca el corazón.

Y que cuando estamos a solas molesta el caparazón.




Huele a cuando tú y yo éramos nosotros.

Verano, sol, litronas, parque, algún que otro cigarro y un poco de melancolía.
Que dicen que todo el mundo se va, pero no te dicen que a veces eres tú el que te tienes que ir.
Que a veces te abandonan y a veces eres tú el que deja gente atrás.
Que estoy viendo parejas sonreír juntas, ya llorarán sus ausencias.
Que nada es para siempre.
Que siempre llega Diciembre con su jodido frío.
Pero ahora no.
Ahora esos dos se están follando. Sudan. Tienen calor.
Que huele a deseo, a pasión, a verano.
Que huele a cuando tú y yo éramos nosotros.

lunes, 21 de mayo de 2012

Pensé decirle que la vida era su boca, y no.




¿Quién eres y qué has hecho contigo mismo?

Tú ya no eres tú, sólo eres un loco que se te parece.

¿Recuerdas las escapadas de la realidad? Los dos solos y una cerveza. Lejos de las miradas curiosas que nos perseguían. 

El pasado volviendo a mi mente.
El pasado pintando en blanco y negro el presente.

¿Recuerdas cómo eras? ¿Recuerdas cómo era? ¿Recuerdas cómo éramos? Ya no somos, sólo fuimos.

Pero todo cambió. Tú cambiaste. Ya no sé quién eres.


Tú ya no eres tú, sólo eres un loco que se te parece.


sábado, 19 de mayo de 2012

Ojos en la nuca.

—Date la vuelta —¿Para qué? —Te voy a apuñalar.



Yo busco el cambio o te busco a ti.

Se miró al espejo. Se vio a ella misma, cambiada. Vestida de tal manera que atraería las miradas de cualquiera. Y coge su bolso y se dispone a salir. Dispuesta a comerse el mundo. Dispuesta a comerse las noches de él. O lo que quedaba de ellas, porque total, ese plato lo habían saboreado muchas antes.


Tú y yo no somos tan distintos: yo deseando comerte y tú deseando ser comido.

Tu tan "¿follamos?" y yo tan "JAJAJAJA".


Pero nos perdimos.

Tú nunca fuiste para mí.
Yo nunca fui para ti.
La putada es que juntos éramos imparables.

—Te quiero —Bonita manera de suicidarse.

¿No es triste?
Él la miraba, ella sentía que lo que veía en sus ojos era verdadero. Qué putada que te quieran y tú no sientas los mismo.
Ver que quizás nadie te quiera como lo hace él, pero que no puedes obligarte. Que te da alas, pero prefieres cortártelas.
Le sonrió, le acarició el pelo y le repitió por enésima vez lo bueno que era con ella. El siempre respondía lo mismo: “Te lo mereces” pero ella sabía que no era así.
Esa noche para él, hicieron el amor, para ella se follaron. Estaba claro, eran mundos diferentes. A pesar de todo ella no quería hacerle daño.
Él sabía que no le quería, pero le bastaba con estar con ella, aunque sólo fuera un rato.
Y se fue. “Ha estado bastante bien esta noche. Sabes que lo nuestro no puede ser, pero siempre tendrás un hueco en mi”. Él se quedó triste, pero no se lo demostró. “Para mi siempre serás tú, aunque haya otras” le dijo.
No se vieron en mucho tiempo. Se perdieron. Se verían más adelante pero no sería lo mismo. Ambos lo sabían pero sólo uno no quería creerlo: no estaban hechos el uno para el otro.

Y al final acabó aceptándolo. Y es que alguien dijo que el amor de verdad es querer tanto a alguien que si te pide que no le quieras, no le quieres. Bueno, no es que no le quieras, sino que dejas de demostrárselo. ¿No es triste?